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domingo, 29 de diciembre de 2013

El inexplicable Principio de Pareto

El inexplicable Principio de Pareto

Cuando tenemos varios vehículos adelante, en espera de la luz verde que nos permita seguir circulando, sentimos la sensación de que los demás conductores no tienen reflejos, que están distraídos, que son lentos.

Desde lejos vemos cómo aparece la luz verde y nadie se mueve. Muchísimos milisegundos después, observamos que los que teníamos delante dejaron de hibernar y además se percataron de que estaban entorpeciendo la circulación.

La percepción subjetiva de lo que son cinco minutos, depende de qué lado de la puerta del baño uno se encuentre.

Esto fue verificado empíricamente desde que las puertas del baño se pusieron de moda.

También fue una observación empírica la que hizo un académico francés llamado Vilfredo Pareto (1848 - 1923).

Él estaba preocupado (igual que yo) por la distribución de la riqueza, e hizo importantes aportaciones a la economía y a la sociología.

Lo más curioso fue esa observación empírica que les adelantaba.

El Principio de Pareto dice que en la realidad se repite la proporción 80/20, de varias formas.

Por ejemplo, el 80% de la riqueza pertenece a tan sólo el 20% de la humanidad. O sea que el 80% de la población mundial sólo posee el 20% de la riqueza total.

Estos valores nunca son exactos, pero cantidades similares se repiten llamativamente.

Suele constatarse que el 80% de los problemas está provocado por tan solo el 20% de las causas posibles. El resto de las causas (80% restante), sólo provocan el 20% de los problemas.

Se repite con asombrosa regularidad, que sólo un 20% de los clientes generan el 80% de la facturación de muchas empresas.

Ocurre a menudo que el 20% de los procesos consumen el 80% del tiempo total.

Cuando observamos la realidad para posicionarnos y tomar decisiones, no está de más tener en cuenta estas inexplicables coincidencias.