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martes, 27 de agosto de 2013

Racionalidad, Economía e Interdisciplinariedad

Racionalidad, Economía e Interdisciplinariedad Compilador: Gustavo Marqués

 INTRODUCCIÓN 

La teoría de la elección racional y sus aplicaciones en economía han sido el centro de fuertes controversias. En los últimos años éstos debates se han intensificado debido a la influencia de diversas corrientes de pensamiento que se apartan en mayor o menor medida de las visiones usuales acerca del comportamiento racional (maximizador) en economía. Ya a comienzos de los años 50 comenzó a advertirse que la concepción convencional de la elección racional bajo condiciones de riesgo se aplicaba imperfectamente al ámbito de las decisiones humanas, lo que dio lugar al desarrollo de teorías alternativas que impulsaban debilitamientos del concepto usual de racionalidad, las cuales fueron agrupadas bajo los rótulos de Racionalidad Acotada (Bounded Rationality) y Racionalidad Procedimental (Procedural Rationality). 

Inspirándose en estas objeciones y, posteriormente, en trabajos experimentales (y teóricos) de psicólogos y economistas, se desarrolló un vasto movimiento de pensamiento económico, conocido como Economía Conductual (Behavioral Economics). Y, como suele suceder cada vez que los usos establecidos se resquebrajan y se amplía la mirada, un conjunto creciente de biólogos y economistas se ha sumado al debate produciendo un abundante material de investigación al que se designa como Neuro-economía (Neuroeconomics). 

 Los trabajos incluidos en esta compilación reflejan una diversidad de posturas vinculadas con estas problemáticas. Se trata de una selección de trabajos expuestos durante el mes de octubre de 2008 en el marco de una sección especial de las XIV Jornadas de Epistemología de las Ciencias Económicas, denominada “Evaluación metodológica de la teoría económica estándar de la decisión racional y sus relaciones con las disciplinas colindantes, la sicología y la neurobiología”. El evento que tuvo lugar en la Facultad de ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.

 Primer Sección: Análisis histórico-conceptual de la noción de “utilidad” 

 LA EVOLUCIÓN DE LA NOCIÓN DE VALOR ECONÓMICO Y LA TEORÍA DE LA DECISIÓN 

Eduardo R. Scarano (CIECE, FCE-UBA) 

 I. Introducción
En el presente artículo se expone la evolución del valor económico, una de las nociones que conducen a la formulación de la teoría de la decisión. Esta teoría suele también denominarse teoría de la racionalidad; un agente actúa racionalmente, simplemente es racional, si satisface los axiomas que la caracterizan. La noción de racionalidad tiene una venerable tradición que comienza con la Filosofía misma. Platón y Aristóteles, por solo citar dos filósofos antiguos, desarrollaron sus propias concepciones de la racionalidad. Pero, así como el atomismo tuvo su origen con Demócrito en la filosofía griega y recién con la física moderna tuvo un desarrollo científico que perdura hasta nuestros días; de la misma manera, es con la economía que la racionalidad adquiere un desarrollo científico, en particular, con el marginalismo primero y luego con la economía neoclásica.

Si a la Filosofía debemos el origen del concepto, y a través del tiempo la incorporación de novedosas nociones acerca de la razón y de la racionalidad, a la economía debemos un desarrollo en profundidad, sistematicidad, poder empírico y explicativo incomparable. Esta dirección se puede ilustrar con el modelo de decisión bajo riesgo e incertidumbre que invirtió los términos con la filosofía y ahora sirve a los filósofos para discutirla, examinar sus consecuencias, y hasta para ‘naturalizar’ la filosofía. La teoría de la racionalidad es uno de los aspectos más notables del modelo de cientificidad que pueden mostrar las ciencias sociales, y uno de los más próximos a los de las ciencias naturales por su poder explicativo, formalización, cuantificación y grado de contrastación.

 La noción de valor económico entendida como utilidad no desempeñaba papel alguno en la teoría clásica –en Smith, Ricardo, Malthus, Marx o J. S. Mill. En estos autores el valor es valor trabajo, una propiedad objetiva y cuantificable de la misma manera –escala- que tiempo o longitud. Hubo, sin embargo, un cambio revolucionario que convirtió el valor trabajo en utilidad. Esta noción en un principio también fue una propiedad cuantificable, pero subjetiva, relativa a cada sujeto. El concepto de utilidad había aparecido de una manera notoria en el ámbito de la ética. Uno de sus representantes más destacados fue Jeremy Bentham. Propuso un concepto de utilidad objetivo y cuantificable que fue compatible (como teoría ética) con la economía clásica si bien no desempeñó papel alguno en el sistema de conceptos específicamente económicos. Así fue posible que John Stuart Mill, uno de los que condujo a la formulación más acabada del utilitarismo (ético) de su tiempo, como economista desarrolló y expresó sistemáticamente la teoría del valor (trabajo) económico.

 Aunque tuvo precedentes, fue William Stanley Jevons quien revolucionó la teoría económica basándola en el concepto de utilidad que tomó de Bentham si bien lo modificó al volver la utilidad relativa al agente, un concepto subjetivo, y lo aplicó a la economía. El potencial de la teoría de la utilidad como una teoría de la acción, tal cual la había formulado Bentham se mostró plenamente en el ámbito económico. Sin embargo, para formularse cabalmente como teoría de la decisión, debería sufrir otra transformación impulsada por la imposibilidad de deducir de cualquier orden de bienes económicos una función de utilidad que implicara una escala de medición proporcional igual a la de peso o longitud. La utilidad se ordinaliza –implica una escala ordinal- y se vuelve obvio que la estructura de la decisión del agente económico ahora puede extrapolarse a otros campos, a cualquiera, de la acción humana. La dificultad hasta este momento era la imposibilidad de sostener que toda acción moral, política, social, podía cuantificarse con una escala proporcional, es decir, que se pudiera afirmar cuánto mayor es una acción que otra. Este último paso se debe a Vilfredo Pareto. Este trabajo se propone mostrar brevemente, primero, que la teoría de la decisión es el resultado de una revolución en la teoría económica, no el resultado acumulativo del desarrollo de la teoría económica clásica. Segundo, el desarrollo de la teoría de la utilidad en la ética –como se presenta en Bentham- para volverla aplicable a la economía -como la propuso Jevons-, supone implícitamente la formulación de una teoría de la decisión o de la acción general, no puramente económica. Tercero, la cuantificación ordinal de la noción de utilidad y la prueba de que es suficiente para deducir las consecuencias económicas conocidas, da lugar a una teoría de la decisión en sentido estricto extrapolable a otras disciplinas.

A continuación ese expone en II. la noción de utilidad en J. Bentham que posteriormente influirá en la construcción de la noción moderna de valor económico. En III. la teoría económica clásica del valor y la compatibilidad con la noción de utilidad benthamita. En IV. la teoría marginal del valor y la subjetivización de la utilidad a través de la obra de W. S. Jevons. En V. el último paso necesario para la formulación de una teoría general de la acción –teoría de la decisión-, la ordinalización de la utilidad por V. Pareto. Finalmente en VI. señalaremos algunas conclusiones.

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