Adolfo Figueroa
RESUMEN
Existe una paradoja poco notada en los países de América Latina. En las últimas
décadas, la expansión de la educación ha sido notable, pero el grado de desigualdad no se ha
reducido. Surge entonces la cuestión: ¿es la educación un sistema no igualador?
En este artículo se intenta resolver esa paradoja. Para este efecto se utiliza la teoría
sigma. Sigma es un sociedad abstracta que es a la vez capitalista, sobrepoblada y socialmente
heterogénea. Para establecer una relación teórica entre educación, capital humano e ingresos,
se construye un modelo sigma, donde el papel de la democracia y de los mercados,
especialmente el del mercado laboral, están explícitamente incorporados.
Una de las
predicciones de este modelo es que, en esas relaciones, la etnicidad de los individuos cuenta
Esta hipótesis se somete luego a la prueba estadística. Utilizando los datos peruanos de la
Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) del 2003, la investigación encuentra que, en efecto,
la hipótesis es consistente con los datos. En una sociedad sigma, por lo tanto, el sistema
educativo ⎯tal como opera ahora⎯ no parecer ser un mecanismo igualador. A la luz de este
resultado, se discute la naturaleza particular del problema del empleo en una sociedad sigma
ABSTRACT
In the Latin American countries, there exists a paradox that is scarcely noticed: in the
last decades, the education expansion has been significant, but the degree of inequality has
not changed much. Is education a non equalizing system? This paper intends to resolve the paradox. Sigma theory is utilized for that purpose.
Sigma is an abstract society, which is capitalist, overpopulated, and socially heterogeneous.
In order to establish a set of theoretical relations between education, human capital, and
income, a sigma model is constructed. One of the predictions of this model is that, in that set
of relations, the individual’s ethnicity matters. This hypothesis is then submitted to the
statistical test. The test is carried out using Peruvian data, the 2003 National Survey of
Households (ENAHO). The finding is that the prediction is consistent with facts. In a sigma
society, therefore, the education system—as it operates now—does not seem to be an
equalizing mechanism. In the light of this result, the particular nature of the employment
problem in a sigma society is discussed.
EL PROBLEMA DEL EMPLEO EN UNA SOCIEDAD SIGMA*
Adolfo Figueroa
Existe una paradoja poco notada en los países de América Latina: la expansión de
la educación ha sido notable en las últimas décadas, pero el grado de desigualdad no se ha
reducido. Según los datos que publica el Banco Mundial, la tasa neta de matrícula en
América Latina aumentó, entre 1980 y 1997, de 85% a 94% para la educación primaria y
de 55% a 66% para la educación secundaria (World Bank 2001, Table 6, p. 285). Por otro
lado, durante el periodo 1950-1995, América Latina fue la región más desigual del mundo,
con un coeficiente de Gini de 0.50, como promedio (comparado a 0.33 de la región del
sudeste asiático); en adición, este promedio se mantuvo casi invariable en todo ese periodo
(Deininger y Squire 1996, Cuadro 5; Li, Squire y Zou 1998).
Emerge entonces la pregunta: ¿es la educación un sistema igualador? Uno de los
principales mecanismos que podrían transforman la mayor educación en mayores ingresos
y en una reducción de la desigualdad es el mercado laboral. Por lo tanto, la explicación de
la paradoja debería buscarse, de primera intención, en el funcionamiento del mercado
laboral.
En efecto, según la teoría económica estándar, si la demanda de trabajo se
expandiera constantemente (como efecto de la inversión privada y del consecuente
crecimiento económico), aumentaría el salario real, pero además el exceso de oferta
laboral disminuiría, el nivel de pobreza se reduciría y el grado de desigualdad también se
reduciría. Todo lo que se necesitaría para resolver el problema del empleo en América
Latina sería, entonces, crear los incentivos necesarios para atraer la inversión privada.
La evidencia empírica de los últimos 50 años refuta esta hipótesis: América Latina ha tenido países y periodos de rápido crecimiento económico y el mercado laboral no ha mostrado, en general, esos resultados. Una razón de esta refutación puede estar en que esta teoría supone implícitamente una oferta laboral compuesta de una masa homogénea de trabajadores.
En este artículo se intenta resolver la paradoja utilizando una teoría donde se supone que la oferta laboral se compone de una masa heterogénea de trabajadores. Se utiliza un modelo de la teoría sigma para establecer las interrelaciones entre educación, capital humano, salarios e ingresos.
En esta relación, el mercado de trabajo jugará un papel central. Sigma es un sociedad abstracta que es capitalista, sobrepoblada y multiétnica. Las predicciones de la teoría sigma han mostrado una consistencia aceptable con los datos básicos de la realidad latinoamericana (Figueroa 2003). Aquí se busca contrastar las predicciones de este modelo particular con los datos de la realidad peruana como una forma de avanzar en la explicación de la paradoja mencionada.
La literatura internacional ha producido muchos estudios empíricos sobre la relación educación e ingresos. Pero no ha producido una respuesta satisfactoria a la pregunta planteada arriba. Los análisis sobre la relación educación-ingresos para América Latina se han hecho usualmente en el marco de la teoría neoclásica, en el cual se supone que los mercados laborales son walrasianos, al que se le agrega categorías empíricas como los sectores “formal” e “informal” para analizar cuestiones de segmentación en el mercado laboral, pero se hace abstracción del factor étnico (cf. Maloney 2004).
La teoría sigma es distinta a la teoría neoclásica, pues parte de otro conjunto de supuestos básicos y por lo tanto genera predicciones empíricas distintas. Estas dos teorías compiten entre sí, de modo que ambas no pueden ser empíricamente válidas. Por lo tanto, si las pruebas empíricas corroboran a una implica la refutación de la otra. Aquí se hará la prueba empírica de las predicciones de un modelo sigma.
El artículo está organizado de la siguiente manera. La sección 1 presenta la teoría de los mercados laborales en la sociedad sigma. El proceso de acumulación del capital humano se muestra en las secciones 2 y 3. Las predicciones del modelo teórico están desarrolladas en la sección 4. Estas hipótesis se pondrán a la prueba empírica para el caso peruano. La sección 5 contiene un análisis crítico de la base de datos que se utilizará para poner a la prueba empírica las hipótesis del modelo teórico. La falsación de las hipótesis 5aparece en la sección 6. La sección final contiene las conclusiones del estudio y también sus consecuencias para el diseño de políticas. El artículo contiene un Anexo Estadístico que muestra los resultados de las pruebas estadísticas.
1. UN MODELO SIGMA DE LOS MERCADOS LABORALES
El mercado laboral bajo estudio funcionará en una sociedad capitalista particular: la sociedad sigma. Ese es su marco institucional.
Los supuestos básicos de la teoría sigma son los siguientes. En esta sociedad los individuos participan en el proceso económico con una dotación desigual tanto de activos económicos como sociales. Los activos económicos incluyen el capital en todas sus formas: físico, humano y financiero. Los activos sociales se refieren a los derechos políticos y culturales, que aquí se reducirán al grado de ciudadanía de la gente. La ciudadanía es un activo social pues constituye el conjunto de sus derechos, incluyendo el derecho a tener derechos. Diferentes grados de ciudadanía implica que no todos son iguales ante la ley ni tienen el mismo acceso a los bienes públicos que ofrece el estado. El supuesto es que esta diferencia está históricamente determinada. Se origina en la dominación de un grupo social por otro, sea como resultado de una conquista, una colonización, o del esclavismo, es decir, como resultado del episodio fundacional de la sociedad. Sigma es entonces una sociedad multiétnica y multicultural, donde diferentes grupos tienen distintos grados de ciudadanía. En sigma existen no solo clases sociales, sino también ciudadanos de distinta categoría.
Para que la teoría del mercado laboral sea refutable empíricamente se hace necesario introducir supuestos auxiliares para construir un modelo. En sigma existen tres grupos étnicos: los azules, los rojos y los morados.
1 Estos grupos étnicos están dotados con distintos grados de ciudadanía, de manera jerarquizada. Los rojos son los descendientes de la población aborigen y esclava, quienes constituyen los ciudadanos de última categoría; los azules, el grupo dominante, son los ciudadanos de primera categoría; los morados, compuesto por los mestizos, son también ciudadanos de primera categoría.
1 Estos grupos étnicos están dotados con distintos grados de ciudadanía, de manera jerarquizada. Los rojos son los descendientes de la población aborigen y esclava, quienes constituyen los ciudadanos de última categoría; los azules, el grupo dominante, son los ciudadanos de primera categoría; los morados, compuesto por los mestizos, son también ciudadanos de primera categoría.
Las clases
1 En un artículo donde analizan la relación entre preferencias y cultura, Akerlof y Kranton (2000) construyen un mundo abstracto donde habitan dos grupos sociales, los verdes y los rojos, en el cual los verdes constituyen el grupo dominante. Para utilizar colores primarios como metáfora, aquí se consideran dos grupos étnicos, azules y rojos, y se incluye un tercero, los morados, quienes constituyen el grupo mestizo de ambas razas. Al igual que en ese artículo, se supone que los individuos no pueden elegir su identidad étnica; ésta es exógena.
* Este estudio es resultado del Semestre de Investigación (2005-2) que me otorgó la Dirección
Académica de Investigación y del apoyo financiero que recibí de la oficina del
Vicerrectorado Académico de la Pontificia Universidad Católica del Perú (Proyecto DAI
113.0058). Quiero expresar mi más profundo agradecimiento a mi Universidad por este
apoyo que, al igual que en otras oportunidades, me ha permitido dedicarme a la
investigación básica en la ciencia económica. Quiero también agradecer a Viviana Cruzado
por su excelente trabajo de asistente de investigación durante todo el periodo del estudio.
Carlos Loaiza también participó como asistente de investigación en una etapa del estudio y
quiero agradecerle por su contribución. También quiero agradecer a mis colegas del
proyecto CRISE (Universidad de Oxford) y a Manuel Barrón y José Rodriguez por sus
valiosos comentarios a mis primeros escritos del artículo. Finalmente quiero agradecer a
Claudia Sánchez quien me ayudó en la preparación de esta versión del estudio haciendo
revisiones y recálculos en los datos y en las pruebas estadísticas.