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viernes, 26 de mayo de 2017

NEUROECONOMÍA EL ORIGEN NEURONAL DEL ALTRUISMO Y SU PAPEL EN LA ECONOMÍA

NEUROECONOMÍA
Ernst Fehr explica en la Fundación BBVA el origen neuronal del altruismo y su papel en la economía
Fehr
Ernst Fehr, catedrático de Microeconomía y Economía Experimental en la Universidad de Zúrich (Suiza) donde también dirige el Departamento de Economía impartirá mañana por la tarde la Conferencia JEEA-Fundación BBVA bajo el título La naturaleza y las consecuencias del altruismo en la sede madrileña de la Fundación BBVA, en el Palacio del Marqués de Salamanca. En su intervención explicará sus trabajos en cuanto al origen neuronal del altruismo, y su papel en la economía y expondrá cuándo es más probable que las motivaciones altruistas jueguen un papel en los mercados, en las organizaciones y en la vida política.

¿Representa la sociedad humana una gran anomalía en el mundo animal?

La respuesta de Fehr es tajante:
“Sí. Puesto que se basa en un reparto equitativo del trabajo y la cooperación entre personas que no tienen ninguna relación genética entre ellas”.

Y continúa: “Algunos de los aspectos más esenciales sobre nuestro origen, las relaciones sociales, y la organización de la sociedad se centran en cuestiones relacionadas con el altruismo y el egoísmo. La evidencia experimental sostiene que el altruismo humano es una herramienta muy poderosa en el contexto del mundo animal. Sin embargo, existe tanta heterogeneidad individual, que hace que la interacción entre los individuos altruistas y egoístas sea vital para que entre ambos se llegue a un buen entendimiento”.

Cerebro, materia gris y altruismo

¿Por qué algunas personas son muy egoístas y otras todo lo contrario?

 “El uso de técnicas de imagen nos ha permitido detectar las diferencias en la actividad cerebral ante decisiones que comportan renuncia personal y habilidades”.

“Cuanta más materia gris tenemos en una determinada parte del cerebro, más capacidad de altruismo o generosidad mostramos” señala Fehr, uno de los creadores de la Neuroeconomía, disciplina nacida hace apenas diez años, y que estudia las bases neuronales que subyacen al comportamiento económico.

En un ensayo publicado en Neuron el pasado mes de julio (2012), el equipo de Fehr mostró que las personas altruistas tienen más materia gris en la unión temporoparietal.
“En las personas egoístas esta región se activaba incluso cuando la elección comportaba un bajo coste personal. En cambio, en las personas altruistas solo adquiere un nivel de actividad alto cuando el sacrificio es grande. Sin embargo, no se debe llegar a la conclusión de que el comportamiento altruista está determinado exclusivamente por factores biológicos. El volumen de la materia gris también se ve influenciado por los procesos sociales. Los resultados obtenidos a partir de este estudio nos plantean un tema fascinante en cuanto a si es posible promover el desarrollo de las regiones del cerebro que son importantes para el comportamiento altruista a través de una formación adecuada o normas sociales”.

Ensayos previos de Fehr, publicados en Nature Neuroscience en octubre del 2011 por Fehr ya habían mostrado que intervenir mediante estímulos eléctricos no invasivos en el córtex prefrontal induce una mayor adherencia a las normas sociales.

Fehr está convencido de que si se “eliminaran las fronteras entre la Neurobiología, la Psicología y la Economía, sería esta última disciplina la que se transformaría de modo análogo a lo que ocurrió al cubrir el vacío que separaba a la Química y la Biología llevando a hallazgos tan importantes del siglo XX como la estructura del ADN y la consiguiente revolución genética”. Su próxima meta como investigador es “proporcionar un modelo neuronal empíricamente correcto para el comportamiento económico”.

La productividad del altruismo: como un artículo rechazado generó un floreciente programa de investigación

A finales de los años 80, Fehr escribió un artículo sobre el trabajo involuntario, con el que esperaba responder a esas preguntas que los economistas venían haciéndose desde hacía décadas. 

Fehr estaba convencido de que sus conclusiones eran correctas, pero la revista declinó la publicación porque carecía de una base empírica que las sustentaran. Continuó trabajando hasta conseguir los fondos para seguir haciendo investigación básica que abordara varias disciplinas para recrear las condiciones económicas que le permitiera ensayar su hipótesis analizando el comportamiento de personas reales. Los resultados coincidieron con los del texto inicial y, ahora sí, dieron lugar a varias publicaciones que se convirtieron en referencia en el sector.


“Mi trabajo más reciente, y el de muchos otros, muestra que la preocupación por la equidad es trasladable a aspectos de la vida económica y social que afectan a la competencia y a la colaboración entre varias empresas e influyen, incluso, en las negociaciones internacionales, la previsión de bienes públicos, la explotación de recursos de propiedad común y que son la base de muchos conflictos políticos".


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